domingo, 11 de abril de 2010

Ladrón sin miedo

¡Colgarme!
En mi tumba lloverán sesos
de besos huecos,
sangrarán las heridas
que mudé un tiempo;
pero esa región
donde no sufre el cuerpo
será mi refugio,
para guardar un sabor único
de un grato recuerdo,
el primer día que rompimos el cielo
a fuetazos,
y le besamos la cara
al dios de tu nave.

Fui tu ladrón de carnes
y con solo eso,
puedo seguir acá,
sellado por el tiempo,
sabiendo que caminaré contigo
en tu silencio.

Faltarán muchos siglos
en romper este hechizo
que cambió en mí
un verso por tu amor longevo,
seguirán las sombras taciturnas
ambulantes por este secreto.
Ahora duermo.

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